El Mayo, un rito de fertilidad

No es extraño que en nuestras tierras españolas, en nuestros pueblos y ciudades, encontremos fiestas y costumbres que son un recuerdo mitigado, por la presión cultural, de ritos ancestrales. Creo que el mas evidente, es “El Mayo”.

“El Mayo” es una fiesta que se celebra en la practica totalidad de la península ibérica, suele celebrarse cuando el invierno decae dejando paso a la primavera, El Mayo no es mas que el tronco de un árbol, que cortado por los mozos, es pelado de sus ramas y corteza dejando un tronco liso el cual, plantan en la plaza del pueblo a modo de mastil.



Las costumbres religiosas le han quitado su carga simbólica, que no es otra que un falo penetrando y fertilizando la madre tierra, por eso podemos ver que en algunos lugares ya no son los mozos quien lo preparan y lo hacen las hermandades religiosas, en levante se han convertido en cruces de flores, en Castilla se ha entremezclado con rondallas y en mi Murcia en algunas zonas de la huerta lo hemos camuflado del todo, los Mayos se han convertido en cruces florales, con rondallas.

Rastreando el origen de este rito comunitario, es evidente que esta dedicado a Maya, diosa de la fecundidad, esposa de Vulcano, el nombre de Maya ademas proviene de Majorum “mayores” indicando una relación mayor con la tierra.

Poner el Mayo ¿de que sirve en la actualidad?, posiblemente de nada mas que de excusa para las fiestas populares y para que los mozos demuestren su fuerza rustica en los riñones al clavar el palo con intención de impresionarnos a las mozas con la alegoría, ademas de crear amistades.

Pero en el fondo, queramoslo o no, la fiesta es evidente, asir el tronco, sujetado con la viga y la empalmadura para penetrar la tierra.

Los ritos de fertilidad, no son ritos tantricos ni sexuales, pero demuestran la continuidad histórica de nuestra propia necesidad de ritualización.



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