En la civilización Inca y mas concretamente en los andes centrales, tenemos multitud de pruebas de la realización de rituales sexuales. Las fuentes gráficas mas evidentes son, los huacos, que son elementos de cerámica que se encuentran en multitud de lugares sagrados, como templos, enterramientos o ruinas palaciegas.
Entre los principales ritos sagrados sexuales que representan los huacos, podemos contemplar coitos, felaciones, relaciones homosexuales y como no, cerámicas con representaciones fálicas similares a las que en España representamos a titulo de broma en botijos y otros elementos.
Si nos centramos en la predecesora cultura Moche, (actual Perú, siglos II al VII), En cuanto a sexo se refiere, entendían el mismo como una forma de unión con la naturaleza, así pues, el re equilibrio, el asentamiento y la cura de la mayoría de los problemas somáticos era intentada paliar con el sexo, por lo que este era responsabilidad de chamanes y guías espirituales.
Los Incas pues, heredaron de la cultura Moche el sexo ritualizado que paso a ser parte de los cultos a los dioses de la tierra y las aguas Pachamama y Mama Cocha.
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